Un monaguillo observó una anciana que oculta el pan
repartido durante la comunión. Alertando al sacerdote que se enfrenta a la
anciana. Ella admite haber tomado el pan con la intención de dárselo a una vaca
para reactivar su producción de leche. Esta nimia acción desemboca en una
espiral de acusaciones que acaban sumiendo a la comunidad en el más absoluto
caos...Más de cien personas fueron enjuiciadas y condenadas, y de las torturas
no se salvó siquiera el clero.
El film trata de denunciar la hipocresía de ciertos
guardianes de la fe y la moral que resultan no ser demasiado ejemplares. La
película es también una alegoría que sustituye los juicios del régimen
comunista por la Inquisición. Vávra fue juzgado por motivos políticos en la
década de 1950 lo que tuvo en mente al co-escribir la película.
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