miércoles, 29 de abril de 2020

Pequeños fuegos por todas partes (Little Fires Everywhere)


Es la segunda novela de la autora estadounidense Celeste Ng. La historia tiene lugar en Shaker Heights, Ohio, una de las primeras comunidades planificadas de Estados Unidos, donde el orden y la armonía son muy apreciados donde la escritora vivió desde 1990 hasta que se fue a la universidad y la ayudo a fundamentar la novela, se describe como el tipo de vecindario que a menudo se representa en las versiones de los suburbios estadounidenses en los medios de comunicación en la década de 1950. Celeste comentado que es "un poco como escribir sobre un pariente. Ves todas sus cosas buenas, los amas mucho y, sin embargo, también conoces todas sus peculiaridades y sus debilidades".  El libro fue votado como el ganador de los Premios Goodreads Choice para ficción en 2017 y apareció en la lista de diversos periódicos de las mejores novelas de ese año y también recibió el premio a la Mejor Novela de Amazon de 2017. 

En Shaker Heights, una tranquila y próspera ciudad de Cleveland, todo está planeado, desde el trazado de las carreteras hasta los colores de las casas, incluso el triunfal futuro de sus vecinos. Nadie encarna mejor este espíritu que Elena Richardson, cuya vida se rige por un principio fundamental: jugar siempre dentro de las reglas sociales. La historia comienza cuando Mia Warren, artista enigmática y madre soltera, llega a esta idílica burbuja con Pearl, su hija adolescente. Mia lleva consigo un pasado misterioso y un desprecio por las reglas que acabarán amenazando esta comunidad tan cuidadosamente ordenada.

La Novela explora el peso de los secretos, la naturaleza del arte y la identidad, y la fuerza feroz de la maternidad, y el peligro de creer que seguir las reglas puede evitar el desastre, las tensiones raciales y las rencillas familiares escondidas bajo la superficie de una tranquila ciudad de Ohio. Ya en el primer capítulo de la novela, conocemos al menos en parte de la tragedia que sucederá: el misterio radica en descubrir cómo llegaron allí. Ser testigo de la mezcla y choques de las dos familias protagonistas es una experiencia totalmente apasionante, a menudo desgarradora y profundamente empática, no muy diferente a ver arder la casa de un vecino. Y el espectáculo no se detiene con los Richardson y Warren. Ng también presenta una batalla por la custodia que se convierte en el centro de atención de la ciudad: una niña de 1 año que es buscada tanto por su madre inmigrante china como por la pareja blanca que crio al bebé.

En la novela los Richardson son la familia establecida, y en los Warren los extraños, y, inicialmente la autora se preguntó si debería describirlos como no blancos. "Sabía que me estaba involucrado en cuestiones de raza y clase" y decidió no especificar su raza, Ng. recordó “Yo estudie allí y literalmente si provienes de fuera de Shaker, te tratan de manera diferente. También está la cuestión de raza, me miran a la cara y la gente tiende a suponer que no soy de aquí”.  Pero Ng no quería hacer a los Warren asiático-estadounidenses, porque haría que algunas de las tensiones narrativas posteriores, fueran demasiado claras. "Tampoco sentí que yo fuera la persona adecuada que podría dar vida a la experiencia de una mujer negra o latina"

Es esta vasta y compleja red de afiliaciones morales, y la voz omnisciente matizada que Ng emplea para navegar, lo que hace que esta novela sea aún más ambiciosa y exitosa. Todo el tiempo tenemos la sensación de que nuestro narrador está hablando desde dentro y conoce de primera mano este vecindario obsesionado con el orden y la autora no pierde la oportunidad de detenerse en un personaje secundario, incluso aquellos que conocemos solo por un momento (el vecino, el portero, el alguacil) cuyas voces podrían expresarse entre paréntesis. Al mismo tiempo, ofrece un retrato matizado y comprensivo de aquellos aterrorizados por perder poder. Es un uso emocionantemente democrático de la omnisciencia para una novela sobre clase, raza, familia y los peligros del statu quo.



En 2020 se estrenó una miniserie de televisión de ocho episodios, basada en la novela La serie está protagonizada por Reese Witherspoon y Kerry Washington, quienes también fueron productoras ejecutivas. La banda sonora original fue compuesta por Mark Isham y la tecladista de Florence & the Machine Isabella Summers.

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