miércoles, 13 de mayo de 2020

Estupor y temblores (Stupeur et tremblements)


Es una novela satírica semiautobiográfica de la escritora y dramaturga francófona belga Amélie Nothomb (seudónimo de Fabienne-Claire Nothomb, el rey Felipe de Bélgica mediante un Real Decreto de 8 de julio de 2015 le otorgó el titulo no hereditario de baronesa. ) y miembro de la Real Academia de Lengua y Literatura Francesa en Bélgica. Siendo su octava noval se publicó por primera vez en 1999. El titulo hace regencia al antiguo protocolo que establece que en presencia del Emperador de Japón , quien hasta 1947 había sido considerado un dios viviente, sus súbditos se presentaran ante él con Estupor y temblores. 


Amélie, una joven belga que pasó los primeros cinco años de su vida en Japón donde regresa tras firmar un contrato de un año como traductora en la prestigiosa compañía Yumimoto quintaesencia de las empresas japonesas., Amélie, afligida por el doble handicap de ser a la vez occidental y mujer, extraviada en un hormiguero de burócratas, subyugada además por la muy japonesa belleza de su superior directa, con la cual tiene unas relaciones de franca perversidad–, sufre una cascada de humillaciones. Trabajos absurdos, órdenes dementes, tareas repetitivas, humillaciones grotescas, misiones ingratas, ineptas o delirantes, superiores sádicos, la joven Amélie empieza en contabilidad, luego a servir cafés, pasa a la fotocopiadora y, descendiendo los escalones de la dignidad (aunque con un despego muy zen), acaba ocupándose de los lavabos... masculinos.


Esta novela forma parte de un grupo de escritos que se denominan autoficción donde Amélie Nothomb ofrece una biografía ficticia, según la cual nació en 13 de agosto de 1967 en Kobe , Japón  donde su padre era diplomático. En esta novela, describe la atmósfera y la estricta jerarquía que gobierna en Japón. Ella relata un lento descenso profesional hacia la humillación. La novela tiene como tema el choque de culturas, el exilio y lo marginal y  expone el sistema japonés del trabajo, que consiste en reclamar la perfección de los empleados, pero también de llevarlos al ostracismo , sin descartarlos, Un ejemplo  es la "esquina de la ventana" utilizada para un empleado considerado inútil al que se le asigna a una oficina aislada, idealmente cerca de una ventana, y a quien ya no le confían ninguna tarea hasta que renuncie.


Las obras escritas al igual que las experiencias de los extranjeros en Japón, tiende a caer en dos categorías: la romántica y la desilusionada. Muchos extranjeros en la primera categoría se han dado el lujo de probar las delicias de la rica cultura del país desde una distancia segura: realmente no tienen que cumplir con las reglas japonesas. Sin embargo, es difícil ver Japón claramente a menos que pueda vivir al menos en parte como lo hacen los japoneses, sujeto a los mismos códigos de comportamiento. Cuando los occidentales bien intencionados, pero con demasiada frecuencia, se topan con los estándares japoneses, surge la comedia, pero también una tristeza subyacente. En esta obra nos encontramos con muchas descripciones y reflexiones sobre las diferentes actitudes y habilidades occidentales y orientales, Amélie reconoce su inferioridad (al menos en este lugar donde la habilidad no siempre es de la mayor importancia). Sus errores no son solo culturales si no que algunos provienen de la ignorancia que genera otras catástrofes menores, sino que principalmente es el choque de culturas lo que es central en el libro aunque solo dentro del mundo corporativo ya que prácticamente no se menciona nada de su vida fuera del lugar de trabajo, dejando la mayor parte de Japón sin explorar.


La novela fue galardonada con el gran premio de la Academia Francesa en 1999 y el Premio Internet du Livre. El libro fue adaptado al cine por Alain Corneau en 2003 protagonizada por Sylvie Testud  la película ganó el  Premios César a  Mejor actriz principal y fue nominada a Mejor Guion y 2014 se realizó una adaptación teatral.

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