Es una obra en ocasiones considerada como la única novela del
poeta austriaco y bohemio Rainer Maria Rilke (Rilke nunca la considero una
novela siempre llamó "poema en
prosa") Escrita en forma de diario es semiautobiográfica ( algunos pasajes se pueden
encontrar casi literalmente en las cartas a su esposa Clara Rilke-Westhoff ) y
está escrita en un estilo literario expresionista. Rilke la comenzó a escribir en
Roma en 1904 y refleja, entre otras cosas, las primeras impresiones de la
estancia del autor en París desde 1902/03. El trabajo completado en París de
1908 a 1910 se publicó ese mismo año. La obra fue inspirada por la obra de
Sigbjørn Obstfelder Diario de un cura y la segunda novela de Jens Peter Jacobsen,
Niels Lyhne de 1880.
"Aprendo a ver". Esta anotación del joven
aristócrata Malte Laurids Brigge en el diario que escribe de su estadía en
París y que reúne impresiones, reflexiones, recuerdos y vivencias, Rainer Maria
Rilke, como todo creador afortunado, posee entre sus numerosos libros, una obra
clave, asequible a todos los lectores y sin la incomunicabilidad propia de la
poesía al ser traducida a otra lengua. En realidad, estos cuadernos nos revelan
mucho de Rilke y de su envidiable agudeza introspectiva, sobre todo al combinar
sus exploraciones del mundo interior con las visiones de mundo circundante.
Este diario presenta una serie de temas centrales, revelando experiencias
básicas de la existencia moderna: muerte y enfermedad, miedo y desesperación,
pobreza y miseria, lenguaje y realidad, destino y vida, identidad y roles,
artistas y sociedad, amor y la soledad, el hombre individual y Dios. Malte
tiene la intención de repensar todos estos temas complejos (que no menciona tan
claramente) y hacerlos entendibles a sí mismo.
La obra, que es radicalmente la primera en la literatura
alemana que difiere de la novela realista del siglo XIX, no tiene un narrador
en el sentido convencional, no tiene una trama continua. Los registros fragmentarios consisten en una
secuencia asociativa de secciones mayormente sobre el carácter del personaje principal,
parcialmente descriptivas, a veces narrativas, que no tienen una trama
continua, pero que, sin embargo, están conectadas por los conflictos internos
de Malte y están entrelazadas por el poeta en un concepto reconocible de
existencia, que se resume en tres partes. Las experiencias parisinas de Malte, Sus
recuerdos de la infancia y los acontecimientos históricos que transcurren
durante la vida del protagonista. Las transiciones entre estas partes son
fluidas y no se pueden definir con precisión. Rilke también utiliza un editor
de ficción muy discretamente, que solo se da a conocer de vez en cuando a
través de notas marginales discretas.
La historia nos presenta la gran ciudad como centro de
progreso, comienza en el Paris de fin de siglo el joven Malte, se encuentra en la
tercera ciudad más grande del mundo en ese momento, en medio de un proceso de industrialización.
Esto genera brillo y miseria, que pueden estar cercanos. El progreso se basa en
la tecnología, que en ese momento a menudo se asociaba con el anonimato y una
disparidad creciente entre ricos y pobres. Maltes da testimonio de cómo está abrumado
por la realidad de la gran ciudad, que parece ofrecer su lado feo y horrible en
casi todas partes. Rilke describe sinestésicamente cómo el "olor" de
la pobreza y las imágenes de asco, enfermedad, miseria y muerte lo abarcan todo.
Estos son los olores de la ciudad, y parecen rodear al lector para convertirse
en una ilusión paranoica. El procesamiento de las condiciones de vida indignas
en ciudades llenas de gente llenas de olores, se centra en un proceso del
aumento de la desindividualización. Esta vida urbana mimada y anónima contrasta
con los pasajes sobre la infancia de Malte que usa para intentar escapar de la realidad que le rodea, sin embargo, todavía siendo tan diferente
estos recuerdos no acaban de aliviarle ya que no era el exuberante paraíso que una vez
se perdió, sino un último castillo que tuvo que ser visitado con extrema
necesidad.
La obra estuvo muy influenciada por la obra de Nietzsche, el
autor también incorpora técnicas impresionistas de artistas como Auguste Rodin
y Paul Cézanne. Partes de la novela son antirreligiosas, específicamente contra
el credo cristiano de la Segunda Venida de Cristo, lo que ve como una promesa
que lleva a un sentido universal de “espera”, es decir al inmovilismo. Posteriormente
inspiró a Jean-Paul Sartre en su obra La náusea. La obra formo parte de las
lista de las mejores obras literarias del siglo XX realizadas por diversos periódicos
como Die Zeit y Le Monde .
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