Es una novela satírica
del filósofo, crítico de arte y escritor francés Denis Diderot, escrito durante
el período de 1765-1780. La primera
edición francesa fue publicada póstumamente en 1796, pero ya era conocido Alemania, gracias a una traducción parcial de Goethe, que apareció
en 1785 y que volvió a ha traducir
en 1793, así como una versión
completa en alemana de Mylius de 1792,
donde analiza la psicología del libre albedrío y el determinismo. Es una de las
obras más importantes de la literatura de Francia durante la Ilustración.
¿Cómo se conocieron? Por casualidad, como todo el mundo.
¿Cómo se llamaban? ¿Qué os importa? ¿De dónde venían? Del lugar más cercano.
¿Adónde iban? ¿Sabemos acaso adónde vamos? ¿Qué decían? El amo no decía nada; y
Jacques decía que su capitán decía que todo cuanto de bueno y de malo nos
acontece aquí abajo, escrito estaba allí arriba. En Jacques el fatalista se cuentan muchas
historias mientras el criado Jacques y su amo viajan juntos, distrayéndoles por
el camino. El amo desea que Jacques le cuente la historia de sus amores,
historia que éste inicia pero que se ve interrumpida constantemente: se
encuentran a otras personas y entablan conversación o paran en un albergue,
otras veces mana otra historia, de ésta otra y otra. Esto hace que en ocasiones
la historia se queda suspendida para continuarse más adelante.
Jacques el fatalista entronca con la tradición cervantina,
pero lo hace sobre todo a través de la obra satírica de Laurence Sterne
(1713-1768) "Tristram Shandy" (1759), con la que comparte rasgos
formales y narrativos. De hecho, la novela toma como punto de partida una
anécdota del Tristram Shandy, y más avanzada la obra, Diderot no sólo no oculta
su origen, sino que expresa su admiración por Sterne. Al igual que Jacques el
fatalista, Sterne presenta una trama no lineal e intrincada, pero las
similitudes entre ambas obras son meramente anecdóticas y de estilo. Tristram
Shandy trata sobre las vivencias domésticas un tanto grotescas de un grupo de
personajes, mientras que Jacques presenta una trama itinerante de inspiración
cervantina, donde se describe la picaresca de dos personajes que vagan por el
mundo.
Robert Bresson adaptó una anécdota en sí misma, la historia
de Madame de La Pommeraye, de Jacques el fatalista por su película Les Dames du
Bois de Boulogne (1945). El diálogo de la película fue escrito por Jean Cocteau. Milan Kundera dramatizó la novela en 1971, bajo el título
Jacques et son maître. En su ensayo El arte de la novela, Kundera argumenta que
Jacques el fatalista es una de las obras maestras de la forma.
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