domingo, 20 de enero de 2019

Solaris


Es una novela de ciencia ficción filosófica de 1961 del escritor y medico polaco Stanisław Lem . El libro se centra en los temas de la naturaleza,  la memoria humana, la experiencia y la incompetencia última de la comunicación entre las especies humanas y no humanas. Publicada por primera vez en Varsovia en 1961 e internacionalmente en 1964 es una de las obras más conocida de Lem, traducida a mas de 40 idiomas.

Kris Kelvin acaba de llegar a Solaris. Su misión es esclarecer los problemas de conducta de los tres tripulantes de la única estación de observación situada en el planeta. Solaris es un lugar peculiar: no existe la tierra firme, únicamente un extenso océano dotado de vida y presumiblemente, de inteligencia. Mientras tanto, se encuentra con la aparición de personas que no deberían estar allí. Tal es el caso de su mujer quien se había suicidado años antes, y que parece no recordar nada de lo sucedido. Stanisław Lem nos presenta una novela claustrofóbica, en la que hace un profundo estudio de la psicología humana y las relaciones afectivas a través de un planeta que enfrenta a los habitantes de la estación a sus miedos más íntimos.

El estilo literario de esta novela se caracteriza por describir toda la acción desde el punto de vista del protagonista. En todo momento se trata de una descripción de los acontecimientos vividos por él, y contiene descripciones muy detalladas y vívidas de las escenas. Gran parte del libro no relata los sucesos en sí sino descripciones de investigaciones pasadas sobre el planeta en cuestión y demás detalles que no hacen a la historia en sí sino que completan la narración dando un carácter general más verosímil. 


Al explorar y examinar la superficie oceánica del planeta Solaris desde una estación de investigación flotante, los científicos humanos son, a su vez, aparentemente estudiados por el planeta, que explora y examina los pensamientos de los seres humanos que lo están analizando. Solaris tiene la capacidad de expresar las preocupaciones secretas de cada científico a las que estos deben enfrentarse. Todos los esfuerzos de exploración humana de los secretos de Solaris son inútiles. Como Lem escribió, "la peculiaridad de esos fenómenos parece sugerir que observamos un tipo de actividad racional, pero el significado de esta actividad aparentemente racional del océano de Solarian está fuera del alcance de los seres humanos". Es de destacar que el libro abunda las descripciones de las formaciones marinas que evolucionan sobre la superficie del océano, generando un texto independiente de la historia de los protagonistas. Es recomendable leer detenidamente las descripciones de los «mimoides», que replican formas familiares similares a las terrestres; de las «simetríadas» y las «asimetríadas», que se desarrollan como estructuras efímeras que terminan disolviéndose en el océano; y de los «fungoides» (estructuras fungiformes o micoides), que crecen y se entrelazan como tejidos vivos. Detrás de la propuesta psicológica que escarba en la mente humana, está la construcción de otro cosmos en el que la humanidad tiene la posibilidad de observar una representación teatral de la que no alcanza a entender lo que quieren decir los actores.

Stanislaw Lem dedica buena parte de la novela a filosofar acerca de la posibilidad de contacto inteligente con otras especies, tema que será recurrente en la obra del autor. Para ello se vale de un ejemplo extremo. El océano de Solaris parece albergar una monstruosa conciencia, pero es tan absolutamente diferente al ser humano que se tardan años siquiera en concebir que nos encontramos ante otro ser inteligente. Cuando finalmente se hace ineludible la evidencia, a los científicos humanos se les plantea el terrible problema de cómo establecer ese contacto. Generaciones de físicos, planetólogos, biólogos y filósofos irán proponiendo hipótesis que expliquen el desconcertante comportamiento del océano, renuente a seguir los esquemas "humanos" de actuación. Lem nos abre los ojos ante las posibilidades reales de establecer un verdadero Lem apoyado en sus conocimientos de lógica, que, aunque existan otros seres inteligentes en la galaxia, no podemos imaginar cómo sin estas inteligencias. Las diferencias, mucho más allá de las simples divergencias culturales, pueden ser tan fundamentales que el contacto sería imposible aun presuponiendo buena voluntad por ambas partes.


Inevitablemente, vinculado a la inhumanidad del océano pensante, surge la cuestión de qué significa ser humano. El océano es algo indescifrable en su conciencia, casi metafísico, lo cual impide realizar muchas comparaciones y cualquier conclusión de las mismas carecería de base. No se puede comparar un gato con una piedra para determinar qué es un gato; de esa manera todo lo más a lo que podríamos llegar es a la conclusión de que un gato no es una piedra. Por lo mismo, el ser humano no es como el océano de Solaris. Pero si no es la inteligencia ni la voluntad, ¿qué es lo que nos hace humanos? Para ayudarse en este estudio, Lem se vale de otra creación en su novela: los visitantes que se aparecen a los tripulantes de la estación mientras duermen. Su primera reacción es de pánico e incomprensión. Solaris es capaz de leer sus mentes durante el sueño y de crear estas réplicas, recreaciones de anhelos o recuerdos antiguos que no se sabe si son juegos crueles, regalos de bienvenida, espías o torpes intentos de comunicación por parte del propio océano. De esta forma, el libro hace un estudio de la psique humana enfrentada a acontecimientos perturbadores. Y ésta parece ser la respuesta de Stanislaw Lem a su segunda cuestión: si ser humano no significa únicamente una inteligencia y una voluntad, quizás signifique además la posesión de unos sentimientos, poco racionales y que a veces contravienen nuestra propia voluntad.


En una entrevista, Lem comentó que la novela "siempre ha sido una jugosa presa para los críticos", con interpretaciones que van desde la del freudismo hasta el anticomunismo, esta última afirmando que el océano es la URSS y los científicos en la estación espacial son los satélites soviéticos. También comentó sobre el absurdo del comentario que aparece en la portada de la edición de 1976 de la novela "expresaba las creencias humanistas del autor sobre las altas cualidades morales del ser humano".  Lem comento que el crítico que promulgó la idea freudista en realidad cayó en un error, porque basó su psicoanálisis en diálogos de la traducción al inglés, mientras que su diagnóstico fracasaría en los modismos en el texto original polaco. La traducción de las obras de Lem siempre es difícil debido a pasajes con elaborada formación de palabras, juegos de palabras idiomáticos, poesía extraterrestre o robótica y juegos de palabras. En el caso de Solaris se quejó mucho de la versión inglesa de la obra. Lem que leía inglés con fluidez, expresó en repetidas ocasiones su decepción por la versión y en general la ha considerado de segunda categoría. Dado que Lem vendió sus derechos sobre el libro a sus editores polacos, parece improbable una traducción mejorada del libro en inglés. Siempre ha permanecido impresa y los derechos nunca se revertieron al autor.

Solaris ha sido llevada al cine tres veces: Solaris (1968) , dirigida por Boris Nirenburg. Sigue la trama bastante de cerca y mantiene el énfasis en el planeta en lugar de las relaciones humanas. Solaris (1972) , dirigida por Andrei Tarkovsky . La película sigue vagamente la trama de la novela, enfatizando las relaciones humanas en lugar de las teorías de astrobiología del autor, especialmente la vida de la Tierra de Kelvin, antes de su viaje espacial al planeta. La película ganó el Gran Premio en el Festival de Cine de Cannes de 1972. Solaris (2002) , dirigida por Steven Soderbergh , protagonizada por George Clooney y producida por James Cameron , que también enfatiza las relaciones humanas, y una vez más excluye los temas científicos y filosóficos .  El propio Lem observó que ninguna de las versiones cinematográficas representa gran parte de la extraordinaria "alienación" física y psicológica del océano de Solaris: " a mi  pensar , el libro no estaba dedicado a los problemas eróticos de las personas en el espacio exterior ... Como autor de Solaris, me permitiré repetir que solo quería crear una visión del encuentro humano con algo que ciertamente existe, de una manera poderosa tal vez, pero no se puede reducir a conceptos humanos, ideas o imágenes. Esta es la razón por la cual el libro se tituló "Solaris" y no "Amor en el espacio exterior".

 





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