A contrapelo (À rebours)
Es una novela del
escritor francés Joris-Karl Huysmans publicada en 1884. La novela no posee una
gran trama; la narración se concentra casi totalmente en su personaje
principal, y es más bien un catálogo de los gustos y la vida de Des Esseintes,
un excéntrico, recluido estético y antihéroe, que odia a la burguesía y al
utilitarismo del siglo XIX y que trata de retirarse en un mundo artístico
creado por él mismo. Trata muchos temas asociados al simbolismo.
Representa la ruptura con el naturalismo y es considerado la Biblia del
decadentismo. Es también el libro que Lord Henry Wotton entrega a Dorian Gray y
que finalmente lo lleva a su completa corrupción, en la novela de Oscar Wilde,
El retrato de Dorian Gray.
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Floressas des Esseintes es un joven francés de familia
aristócrata, titular del Château de Lourps. Huérfano desde la adolescencia, las
relaciones con otros seres humanos no le deparan sino desilusión. Su padre
siempre estuvo ausente, y su madre vivía recluida presa de su talante
depresivo. Una vez acabados sus estudios con los jesuitas, y comenzada su
experiencia de la buena sociedad parisina, descubre que el mundo y las personas
lo aburren tremendamente. Sus familiares son nostálgicos reaccionarios y sus
compañeros de estudios le resultan vulgares y previsibles. Para su sorpresa,
los ambientes intelectuales son caldo de cultivo de mezquindades y estrechez de
miras. La vida familiar no le trae ningún buen recuerdo, pero acaba cansándose
de frecuentar los prostíbulos. Acabará por detestar el mundo moderno, que está
repleto de "bribones y estúpidos".
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El pesimismo del personaje, reflejo de la obra de
Schopenhauer, se enlaza con la perversidad y el cinismo como formas estéticas
de rebeldía individual frente al mundo social. El personaje de Des Esseintes
está, en parte, basado en Robert de Montesquiou (fue un aristócrata poeta
perteneciente al movimiento simbolista francés, así como mecenas del arte y
afamado dandi).
Esta obra marco un hito en la carrera de Huysmans. Sus
primeras obras habían sido naturalistas, siendo representaciones realistas de
la monotonía y la miseria de la vida obrera y de clase media-baja, en París.
Sin embargo, a principios de lo 1880, Huysmans considerado este enfoque de la
ficción como un callejón sin salida, decidió mantener ciertas características
del estilo naturalista, tales como el uso de detalles realistas minuciosamente
documentado, pero aplicarlas en lugar de un retrato de una persona excepcional.
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