Es una pentalogía de novelas escritas en el siglo XVI por el
escritor humanista y médico , del
Renacimiento francés François Rabelais ,
que narra las aventuras de dos gigantes , Gargantua y su hijo Pantagruel . El
texto está escrito con una vena divertida, extravagante y satírica. Escrito con
mucha crudeza, humor escatológico y violencia. Los censores del Collège de la
Sorbonne lo estigmatizaron como obsceno y en un clima social de creciente
opresión religiosa fue tratado con
sospechoso y sus contemporáneos evitaron mencionarlo. Según Rabelais, la filosofía de su gigante
Pantagruel, "pantagruelismo", tiene sus raíces en "una cierta
alegría de la mente encurtida en el desprecio de las cosas fortuitas" Rabelais
que había estudiado griego antiguo lo aplicó a la obra inventando cientos de nuevas palabras, algunas
de las cuales pasaron a formar parte de la lengua francesa.
Los libros son:
Aunque las ediciones modernas de las obras de Rabelais
ubican Pantagruel como el segundo volumen de la serie, realmente fue el primero
en publicarse, alrededor de 1532. Pantagruel era una secuela de un libro
anónimo :Las grandes crónicas del gran y enorme gigante Gargantúa. Este primer
texto de Gargantua tuvo una gran
popularidad, a pesar de su construcción, bastante pobre. Se describe en él la
vida de un gigante de un apetito tan voraz que ha dado forma a la expresión
"banquete pantagruélico", con gran humor y todo tipo de
excentricidades. Para escribir este primer texto, Rabelais se inspiró directamente
en el folclore y la tradición oral popular,
este no específica la
altura de sus gigantes sino que varían de tamaño de un capítulo a otro para
permitir toda una serie de imágenes sorprendentes.
Gargantúa
Después del éxito de Pantagruel, Rabelais quiso reescribir a
su manera la historia de Gargantúa. Animado por el éxito, publica Gargantúa en
1534. Produjo una narración mejorada de la vida y las obras del padre de
Pantagruel en Gargantúa. Descartó las fuentes populares tradicionales iniciales
y reeditó un Gargantúa literariamente más acabado y netamente más henchido de
humanismo que la primera obra. Este volumen incluye una de las más destacadas
parábolas de la filosofía occidental. Se menciona como ejemplo de la existencia
de ideas anarquistas a lo largo de
toda la historia..
El Tercer Libro
Rabelais regresó entonces a la historia de Pantagruel en los
tres últimos libros. El tercer libro trata de Pantagruel y su amigo Panurgo.
Panurgo es un habilidoso truhán, un libertino, y un cobarde. Hay un momento en
el que muestra que puede hablar varios idiomas, incluyendo algunos de los
primeros ejemplos de una lengua construida. Su principal punto de discusión, a
lo largo de todo el libro, es si debe casarse o no. El libro acaba con el
comienzo de un viaje por mar en busca del oráculo de la divina botella para que
resuelva de una vez el problema del matrimonio.
El Cuarto Libro
El viaje por mar continúa durante todo este cuarto libro.
Pantagruel encuentra muchos personajes y sociedades exóticos y extraños durante
su viaje, como los Shysteroos, quienes se ganan la vida encargando a la gente
que los pegue.
Todo el libro puede verse como una parodia cómica de la
Odisea o, mejor aún, de la historia de Jasón y los Argonautas. En el cuarto libro,
que se ha descrito como el más satírico, Rabelais critica la arrogancia y la
riqueza de la iglesia católica, las figuras políticas de la época, las
supersticiones populares y trata varios temas religiosos, políticos,
lingüísticos y filosóficos.
El Quinto Libro
El quinto volumen, que se publicó póstumamente
alrededor de 1564, encuentran la divina botella. Aunque algunas partes del
Libro Quinto son verdaderamente dignas de Rabelais, la atribución del último
volumen es objeto de debate. El Quinto Libro no se publicó hasta nueve años
después de la muerte de Rabelais, e incluye mucho material claramente copiado
de otros o de menor calidad que los libros precedentes.
Inicialmente, parece que Rabelais escribió estas obras para consolar a los enfermos en sus días de aflicción y que estimaba el humor como algo curativo en sí mismo. Así, Gargantúa y Pantagruel se ha convertido en un clásico dentro de la literatura de humor, reflejando el humor como un valor burgués que revela el goce epicúreo de la vida. Pantagruel y Gargantúa no son ogros crueles, sino gigantes bondadosos y glotones. Este gigantismo le permite describir escenas de festines burlescos. La infinita glotonería de los gigantes abre puerta a numerosos episodios cómicos. Así, por ejemplo, el primer grito de Gargantúa al nacer es: "¡A beber, a beber!". El recurso a los gigantes permite también trastocar la
percepción normal de la realidad; bajo esta óptica, la obra de Rabelais se inscribe en el estilo grotesco, que pertenece a la cultura popular y carnavalesca. Las intenciones últimas de Rabelais resultan bastante enigmáticas. En el "Aviso al lector" del Gargantúa, dice quiere ante todo hacer reír. Después, en el "Prólogo", con una comparación con los Silenos de Sócrates, sugiere una intención seria y un sentido profundo oculto tras el aspecto grotesco y fantástico. Pero en la segunda mitad del prólogo critica a los comentaristas que buscan sentidos ocultos en las obras. En conclusión, Rabelais quiere dejar perplejo al lector y busca la ambigüedad para perturbarlo.
Inicialmente, parece que Rabelais escribió estas obras para consolar a los enfermos en sus días de aflicción y que estimaba el humor como algo curativo en sí mismo. Así, Gargantúa y Pantagruel se ha convertido en un clásico dentro de la literatura de humor, reflejando el humor como un valor burgués que revela el goce epicúreo de la vida. Pantagruel y Gargantúa no son ogros crueles, sino gigantes bondadosos y glotones. Este gigantismo le permite describir escenas de festines burlescos. La infinita glotonería de los gigantes abre puerta a numerosos episodios cómicos. Así, por ejemplo, el primer grito de Gargantúa al nacer es: "¡A beber, a beber!". El recurso a los gigantes permite también trastocar la
percepción normal de la realidad; bajo esta óptica, la obra de Rabelais se inscribe en el estilo grotesco, que pertenece a la cultura popular y carnavalesca. Las intenciones últimas de Rabelais resultan bastante enigmáticas. En el "Aviso al lector" del Gargantúa, dice quiere ante todo hacer reír. Después, en el "Prólogo", con una comparación con los Silenos de Sócrates, sugiere una intención seria y un sentido profundo oculto tras el aspecto grotesco y fantástico. Pero en la segunda mitad del prólogo critica a los comentaristas que buscan sentidos ocultos en las obras. En conclusión, Rabelais quiere dejar perplejo al lector y busca la ambigüedad para perturbarlo.
Las ilustraciones más famosas y reproducidas para Gargantua
y Pantagruel fueron hechas por el artista francés Gustave Doré y publicadas en
1854. Más de 400 dibujos adicionales fueron realizados por Doré para la segunda
edición de 1873 del libro. Una edición publicada en 1904 fue ilustrada por W.
Heath Robinson . Otro conjunto de ilustraciones fue hecho por el artista
francés Joseph Hémard y publicado en 1922.
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