Esta es la primera novela del escritor croata nacionalizado canadiense Josip
Novakovich, (autor de varios libros de relatos, de poesía y de no ficción) publicada en 2004 ; una
novela, que rompe los límites del género. Tanto con la naturalista pintura de la guerra de Yugoslavia y sus
atrocidades y la fantástica oscura y absurda descripción de la vida del personaje principal
Ivan Dolinar.
Ivan Donilar nace en la Yugoslavia de Tito (fue un político
y militar croata, jefe de Estado de Yugoslavia desde el final de la Segunda
Guerra Mundial hasta su muerte a los 87 años) el día de los inocentes de 1948,
un halagüeño comienzo que se descarría enseguida en un mundo dominado por la
propaganda y la paradoja. Años después, en vísperas de la guerra civil, será
reclutado por el ejército equivocado, convirtiéndose en peón de un absurdo
conflicto cuyas normas y lealtades cambian sin previo aviso. .Pero hasta en un
mundo enloquecido hay una
línea de actuación
que no pierde el norte:
la supervivencia. Escrito con un
humor mordaz y con una profunda ternura, esta novela es una devastadora sátira
política y una afilada parodia de la guerra.
La novela pasa de
lo horrible a lo hilarante. Sorprendente en su capacidad de
arrebatar imágenes únicas de las experiencias universales, Novakovich escribe
con tanta claridad que el lector se
identifica inmediatamente con Iván. "El Día de los Inocentes" es un
interesante documento histórico. Nos narra la fragmentación y desfragmentación
de una nación con crísis de identidad, la cual a veces se reúne, como para
presenciar un partido de fútbol y a veces se destruye con las constantes la
guerras.
Por otro lado, la vida de Iván Donilar es una completa
alegoría a su convulsionado tiempo. Nace y crece fanático de un régimen
totalitario, el del Mariscal Tito; luego, con los años, intenta llevar una vida
normal y estudiar medicina. Sin embargo, en medio de la crisis política se ve
obligado a cambiar de profesión y de ideología hasta el punto en el que decide
mantenerse al margen y convertirse en un espectador de la historia, dejándose
llevar por su corriente.
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