Es un cuento del escritor, dramaturgo y poeta británico-irlandés Oscar Wilde, siendo la primera de sus historias que se publicó, apareció en la revista The Court and Society Review en dos partes en 1887. En 1891 fue incluido en una colección de historias cortas titulada El crimen de lord Arthur Saville y otras historias. Es una historia cómica que destaca las diferencias en las culturas británica y americana durante el siglo XIX. Wilde utiliza la historia para criticar ambas culturas.
Una familia estadounidense adquiere el castillo de
Canterville, en un hermoso lugar en la campiña inglesa a siete millas de Ascot,
en Inglaterra. Hiram B. Otis se traslada con su familia al castillo, pero Lord
Canterville, dueño anterior del mismo, le advierte que el fantasma de sir Simon
de Canterville anda en el edificio desde hace no menos de trescientos años,
después de asesinar a su esposa lady Eleonore de Canterville. Pero el Sr. Otis,
estadounidense moderno y práctico, desoye sus advertencias. Así, con su esposa
Lucrecia, el hijo mayor Washington, la hermosa hija Virginia y dos traviesos
gemelos, se mudan a la mansión, burlándose constantemente del fantasma debido
su indiferencia ante los sucesos paranormales. El fantasma no logra asustarlos,
y más bien pasa a ser víctima de las bromas de los terribles gemelos y en
general, del pragmatismo de todos los miembros de la familia, por lo que cae en
enojo y depresión.
La idea principal del texto habla sobre la historia de un
fantasma que vive atormentando a los habitantes de una vieja casa inglesa. Las
ideas secundarias van desde la historia del propio fantasma hasta las vidas de
cada uno de los habitantes de la misma. La acción se desarrolla en una mansión
inglesa de finales del siglo XIX y tiene una ambientación bastante realista a
pesar de que el protagonista es un fantasma y aunque la casa tiene todos los Clichés
de una casa encantada tradicional. Wilde
mezcla lo macabro con la comedia y con las historias de fantasmas inglesas. Están bien definidas las costumbres de la familia y el ambiente
se mueve dentro de una mentalidad abierta con un tono misterioso.
El mensaje que Oscar Wilde intenta expresar por medio del
libro es lo preocupantes que se tornan las estructuras del materialismo propias
de los burgueses, representados aquí por la familia Otis, la cual nunca se
sorprende por el comportamiento del fantasma. Al contrario, intentan
"combatirlo" utilizando distintos productos modernos (detergentes,
aceite para cadenas, etc.) y su vida nunca es alterada, a pesar de los
reiterados esfuerzos que lleva a cabo el fantasma. Este encarna, en cierta
forma, la figura del arte, porque necesita superarse constantemente y
canalizarse de diferentes formas (en este caso, a través de la actuación o la
pintura, en el caso puntual de la mancha de sangre en el piso). Posteriormente,
al ver inútiles sus esfuerzos, busca la máxima elevación, la que supera la Vida
y la Muerte: el Amor para lograr el perdón de Dios.
Cuando la historia se publicó por primera vez, e incluso más
tarde, cuando fue publicado de nuevo en un grupo de cuentos, los críticos
señalaron que el trabajo era poco original. No sería hasta mucho más tarde que
los críticos comenzaron a alabar a Wilde por la habilidad de usar a varios géneros para contar su historia. Ha
sido llevado al cine y el teatro numerosas veces, y se han hecho versiones para
televisión y radio.
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