miércoles, 27 de junio de 2018

Quebranto


Es el primer largometraje documental del director y productor mexicano Roberto Fiesco fue estrenado en el  2013 y presenta los testimonios de Fernando García, un actor infantil conocido en los años setenta como "Pinolito" y ahora es una mujer llamada Coral Bonelli ; y doña Lilia Ortega "Doña Pinoles", su madre, quien también es actriz. La historia está también contada por le el director Roberto Fiesco descubridor de "Pinolito". La banda sonora del documental está compuesta por tangos y música ranchera.
Roberto Fiesco, Lilia Ortega y Coral Bonelli
Pinolito fue considerado como una de las grandes promesas del cine mexicano; pero al crecer y tomar la drástica decisión de adoptar una nueva identidad de género y convertirse en Coral Bonelli, su vida profesional dio un giro de 180 grados y comenzó a desvanecerse hasta convertirse en un doloroso recuerdo. Coral recuerda el difícil comienzo que tuvo, empujado por su madre al mundo del cine, donde las leyes de protección de los niños eran superficiales en el mejor de los casos. Sin embargo, el éxito comenzó a llegar, y fue allí donde el joven, concibió el deseo de actuar y de ser una estrella.

A pesar de aparentemente tenerlo todo Pinolito, tenía una sensación de vacío no lo dejaba ser feliz y esto le llevó a comenzar su transformación y convertirse en mujer, en Coral Bonelli. Gracias a este cambio se sintió completa y feliz después de mucho tiempo; pero para alcanzar esa felicidad tuvo que pagar un precio muy caro. Al verse marginada laboralmente por su condición, Coral tiene que hacer cualquier trabajo a su alcance hasta prostituirse, para poder costear su tratamiento de diabetes, mantener a su madre y sobrevivir día a día, todo gracias a una sociedad mexicana que se podría extrapolar al resto del mundo, con una doble moral que, a pesar de presumir que cada día de ser más liberal, todavía discrimina a los transexuales y donde la homofobia está a la orden del día.

Cuando el director Roberto Fiesco trabajaba como el productor de "El mago", dirigida por Jaime Aparicio en 2003, conoció a Lilia Ortega, que era una de las actrices de la película, cunado fue a firmar su contrato le dijo que ella quería aparecer en los créditos como Lilia Ortega, Doña Pinolis. Cuando Fiesco oyó lo de Pinolis le recordó vagamente que había un actor al que le decían Pinolito o Pinolillo, y le pregunté si tenía algo que ver con él, y esta le   dijo que era su hijo, y cuando le pregunté que dónde andaba, le dijo: “Por allá anda”. Eso es todo lo que le comento en ese momento. A las dos semanas había una prueba de vestuario y, cuando Lilia Ortega entró en su oficina, le dijo: “Te traigo a Pinolito”. Pinolito abrió la puerta y fue cuando descubrió a Coral, que era una mujer alta, rubia, con tacones, bolso, vestido, maquillada… Y le impresionó muchísimo el contraste que se generaba entre ambas.  Trabajó en ese rodaje con doña Lilia, volvió a trabajar con ella en otra película unos años después, Coral los acompañó en el rodaje de esa otra película "Rabioso sol, rabioso cielo", también de Julián Hernández. Sus caminos se fueron cruzando profesionalmente, y en un punto 6 años después de su primer encuentro deicidio que había que contar su historia.


El rodaje tuvo lugar durante cuatro años con un equipo de rodaje muy pequeño  y se logro una gran  intimidad entre el director y las dos actrices logrando que ellas le  contaran  momentos privados de sus vidas con mucha naturalidad, el director comento en una entrevista sobre el rodaje   Un “factor es muy importante: es que ellas son actrices y saben que en el momento en que uno dice: “Corre cámara, acción”, algo fantástico tiene que ocurrir delante de la cámara. En ese sentido, ellas eran muy conscientes de esto, del valor que tenía su testimonio, y creo que lo hicieron de una manera absolutamente generosa, sin ningún obstáculo. Creo que es una historia en la cual yo también me podía reconocer, que estaban hablando de cosas que me importaban. Coral estaba hablando justamente de la manera de asumir una nueva identidad genérica y todas las consecuencias que eso había tenido en su vida, así como las que pudimos vivir con ella a lo largo de esos cuatro años de rodaje. Y creo que yo tenía que tratarla como si estuviera hablando con cualquier otro amigo o amiga, a quien quisiera, respetara y admirara muchísimo. Eso forma parte también de la estructura de la película, el cómo tratar de contar la historia, cómo hilar esta serie de testimonios de la manera más natural, cotidiana y verosímil posible”.

El documental gano el Premio Queer Lisboa al Mejor Documental, en Festival de San Sebastián el Premio al Mejor Documental Latinoamericano, en el Festival Internacional de Cine de Guadalajara Mejor Documental Latinoamericano y Mejor Película LGBT. Entre otros premios y nominaciones.


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