Es un ensayo del periodista , escritor y poeta uruguayo
Eduardo Galeano, publicado en 1971 ,en esta obra, el autor analiza la historia
de América Latina de modo global desde la colonización europea hasta la contemporánea, argumentando con crónicas y narraciones el
constante saqueo de los recursos naturales de la región por parte de los
imperios coloniales, entre los siglos XVI y XIX, y los Estados imperialistas,
el Reino Unido y los Estados Unidos principalmente, desde el siglo XIX en
adelante.
La publicación del libro coincide con una época plagada de
enfrentamientos sociales, políticos e ideológicos en América Latina, en el
contexto mundial de la Guerra Fría. Entonces, Galeano trabajaba como
periodista, editando libros, y estaba empleado en el Departamento de
Publicaciones de la Universidad de la República. Según Galeano, tardó
"cuatro años de investigación y recolección de la información que
necesitaba, y unas noventa noches en escribir el libro". En 1973, poco
después de la publicación, tuvo lugar el golpe de Estado en Uruguay, con la
consiguiente instauración de una dictadura cívico-militar, la cual forzó a
Galeano al exilio. Como resultado de la perspectiva de izquierda del libro, fue
censurado durante los gobiernos militares de Chile, Argentina y Uruguay. En todas estas dictaduras se hallaba la mano y el respaldo de uno de los imperios
denunciados por Galeano: los Estados Unidos de América.
El libro consta de dos partes: "La pobreza del hombre
como resultado de la riqueza de la tierra" y "El desarrollo es un
viaje con más náufragos que navegantes". Además, también posee una
Introducción ("Ciento veinte millones de niños en el centro de la
tormenta") y una especie de conclusión denominada "Siete años
después", escrita justamente siete años después (1977) de la primera
edición del libro, en la cual Galeano hace notar que las cosas, lejos de
mejorar, habían empeorado. El libro fue extraordinariamente popular en América
Latina después de su publicación, convirtiéndose en uno de los clásicos de la
literatura política del continente. Las ediciones posteriores a 1997 llevan un
prólogo de la célebre escritora chilena Isabel Allende que declaro que cuando
se exilio de Chile fue una de las pocas pertenencias que se llevo con ella.
Se ha indicado que la obra adolece de una visión
excesivamente simplificada de la historia ignorando las complejidades,
hibridaciones y alianzas de sectores aborígenes con los europeos recién
llegados contra los imperios amerindios que consideraban sus opresores (Imperio
azteca, Imperio inca), los cuales determinaron también en parte la evolución de
los nuevos pueblos mestizos. Sin embargo, estas críticas pecan de parcialidad
al no señalar que los pueblos originarios fueron, a su vez, explotados o asesinados en genocidios por los invasores europeos.
Con respecto a la explotación moderna de América Latina narrado en el último
capítulo de Las venas
abiertas de América Latina, el relato se vincula a la
Teoría de la dependencia, de gran predicamento entre los años 65 y 75 tanto
entre las izquierdas latinoamericanas como entre los sectores
nacional-desarrollistas, y a las teorías desarrollistas de industrialización
por sustitución de importaciones de los investigadores y teóricos de la CEPAL (La
Comisión Económica para América Latina y el Caribe es el organismo dependiente
de la Organización de las Naciones Unidas responsable de promover el desarrollo
económico y social de la región. Sus labores se concentran en el campo de la
investigación económica.) , apoyadas por los sectores nacional-desarrollistas entre
los años 40 y principios de los 70.
El autor aseguró más de una vez que no se arrepiente en nada
de lo que escribió en este libro, pero también comento “no sería capaz de leer
el libro de nuevo”, y que “esa prosa de izquierda tradicional es pesadísima”,
Esta obra marcó la época en la que se escribió, causando honda huella en los
sectores juveniles críticos. Numerosos intelectuales han llegado a considerar a
este libro como La Biblia Latinoamericana.
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