miércoles, 28 de marzo de 2018

El lector (Der Vorleser)


El titulo original literalmente significa «el que lee en voz alta» es una novela escrita por el profesor de leyes y juez alemán Bernhard Schlink. Fue publicada en Alemania en 1995. La historia es una parábola que trata de las dificultades que las generaciones alemanas de posguerra para comprender el Holocausto. Ganó el premio alemán de Hans Fallada en 1998 entre otros y se convirtió en el primer libro alemán en llegar al primer lugar de la lista  The New York Times de libros más vendidos. Ha sido traducido a 45 idiomas diferentes y ha sido incluido en los planes de estudios de cursos de nivel universitario en literatura del Holocausto y de la lengua alemana y de la literatura alemana.

Michael Berg tiene quince años. Un día, regresando a casa del colegio empieza a encontrarse mal y una mujer acude en su ayuda. La mujer se llama Hanna y tiene treinta y seis años. Unas semanas después, el muchacho, agradecido, le lleva a su casa un ramo de flores. Éste será el principio de una relación erótica en la que, antes de amarse. Ella siempre le pide a Michael que le lea en voz alta fragmentos de Schiller, Goethe, Tostói, Dickens... el ritual se repite durante varios meses, hasta que un día Hanna desaparece sin dejar rastro.






El tema es el Holocausto, y la forma en la que han de ser juzgados los culpables, y plantea por ello un dilema moral. Al mismo tiempo, trata del conflicto generacional de posguerra, sobre todo en la descripción de la relación del personaje principal, un adolescente, con su padre. Los libros leídos en la novela, tanto por Michael a Hanna y por Hanna ella misma, son significativos. Michael selecciona los textos de la Ilustración ", con su énfasis en los que incluyen temas morales y éticos", y clásicos alemanes por lo que significa que intenta reclamar herencia alemana.



En 2008 el director Stephen Daldry dirigió la versión cinematográfica del libro, que fue nominada a cinco premios de la Academia, de los que ganó el Óscar a la mejor actriz para Kate Winslet por su interpretación de Hanna Schmitz.


Flores de otro mundo



Es una película española de 1999, dirigida por Icíar Bollaín que también escribió el guion junto al escritor y periodista Julio Llamazares y protagonizada por José Sancho, Luis Tosar y Lisete Mejía.  La trama sigue a tres mujeres que llegan a una aldea en España rural buscando amor y comenzar una nueva vida. Muy bien recibida, la película ganó el el Gran Premio de la Semana de la Crítica Internacional en el Festival de Cine de Cannes.

La historia se centra la vida de seis personajes, tres mujeres y tres hombres, que luchan de maneras diferentes contra la amenaza de la soledad y a los problemas de la emigración en la España actual.  Patricia, una dominicana, busca un hogar y una seguridad económica que su situación de inmigrante ilegal no le permite alcanzar en Madrid. Milady, una cubana de veinte años sueña con recorrer el mundo. Marirrosi, una bilbaína con casa y trabajo vive en la más completa soledad, una soledad como la que comparten Alfonso, Damián y Carmelo, vecinos de Santa Eulalia, un pueblo sin mujeres casaderas ni futuro. Gracias a una fiesta organizada por los solteros del pueblo, unos y otras se conocen y comienza una agridulce historia de convivencias a veces imposibles.


Se trata de una gran película que también puede verse como un medio de enseñanza para los estudiantes extranjeros, pues muestra varios aspectos claves tanto de la historia de España como de la evolución sociocultural del país. también porque se presenta como una ventana abierta que permite al espectador ponerse en el lugar de los personajes en todo momento, sufriendo con ellos las mismas sorpresas e impresiones, desde la llegada de las chicas a Santa Eulalia. Otro de los aspectos esenciales de la película es que ofrece la oportunidad de entender otro de los puntos principales de la misma: la problemática del campo español. Al mismo tiempo, Icíar Bollaín se encarga de conservar los estereotipos clásicos del típico pueblo español donde el bar es el foro más respetado para reuniones y defensas, incluso, ideológicas. Sin embargo, Bollaín no deja atrás el importante tema del sexismo imperante en la época reflejada, aunque se preocupa también por mitigarlo en gran parte con la introducción de personajes como Doña Gregoria, madre de uno de los jóvenes del pueblo y reflejo del matriarcado rural.

La extranjerizad, no hay que olvidarse, es otro de los puntos claves de esta historia. El sentimiento de extrañez y de rechazo a lo ajeno y a lo extranjero, que se presenta al comienzo de la película con la llegada de las tres muchachas al pueblo, se va diluyendo conforme se van desarrollando las relaciones amorosas entre ellas y los jóvenes naturales de Santa Eulalia. Esto es una clara solución a ese problema de la extranjerizad, pues Icíar Bollaín no presenta un problema sin su correspondiente solución, introduciendo una ideología integradora que rompe con las barreras culturales y raciales, otro importante pilar del largometraje que constituye una intención pedagógica reconocida. El hecho de que Bollaín enmarque la película en plena burbuja inmobiliaria en España tampoco es algo fortuito, ya que es otro aspecto que servirá para mostrar muchos aspectos y consecuencias históricas que, aún hoy en día, afectan directamente a la sociedad española (un claro ejemplo de esto serían los casos de corrupción que azotan el país).


La película fue inspirada por solteros españoles, que organizaban fiestas para atraer mujeres caseras de las ciudades, ya que las mujeres rurales solían emigrar a las ciudades. Estas "caravanas de mujeres" se inspiraron en película del oeste de 1951 dirigida por William A. Wellman “Westward the Women”(Caravana de mujeres)