domingo, 28 de octubre de 2018

MEMORIAS DE UN ASESINO


Son las memorias del poeta y delincuente francés Pierre François Lacenaire, se hizo conocido como el poeta asesino, tras la publicación de estas memorias y sus poemas. Las Memorias fueron redactadas en La Conciergerie (es un edificio histórico de París fue residencia de los reyes de Francia de los siglos X a XIV. Terminó convertido en prisión en 1392, La prisión ocupaba la planta baja del edificio y las dos torres. Los pisos superiores estaban reservados para el Parlamento.) donde estaba recluido y terminadas casi al pie de la guillotina que lo decapitó. Se público por primera vez en dos volúmenes en mayo de 1836, 4 meses después de su muerte con muchos pasajes censurados, otros falsificados. Desde entonces se ha editado en múltiples ocasiones eliminado la censura y las falsificaciones.

Durante el invierno de 1835 un monstruoso asesinato concentró la atención de los franceses. Sin embargo, su autor, Lacenaire, se ganó la simpatía del público. Muchos periodistas, escritores y hombres de leyes lo admiraron, algunas mujeres incluidas las de "alta sociedad" se "enamoraron" de él, y hasta obtuvo la benevolencia de algunos policías.  Sucede que el de Lacenaire es un caso inigualado, hasta el punto de que se lo puede llamar "el asesino revolucionario. Escribió, además, muy buenos poemas; se manifestó romántico, ateo y republicano; a nada le tuvo miedo. Apasionantes, increíblemente sinceras.

Nacido en Lyon en 1803 Lacenaire fue el cuarto hijo Jean-Baptiste Lacenaire, un comerciante burgués de Lyon, y Marguerite Gaillard, no deseado por sus padres, pero es el preferido por su hermano mayor, tiene un particular sentimiento de abandono por parte de su madre y le robará su herencia a su padre. Aunque  buen estudiante fue expulsado de múltiples instituciones educativas por problemático, finalmente tras terminar sus estudio trabajo como abogado, notario y comenzó a publicar artículos y poemas en periódicos, harto de que no le pagaran los periódicos decidió abandonar Lyon y con nombre falso se alisto en un regimiento suizo al servicio de Francia, donde se convirtió en intendente, desertó y regresó a Lyon se convirtió en vendedor ambulante en licores y  viaja a París, Inglaterra y Escocia. De vuelta en Francia, su hermano se negó a enviarle dinero, realizo varios pagares falsos, dos de ellos al nombre de "Lacenaire", que su familia tuvo que pagar. Mientras tanto, se va a Ginebra y donde realiza diversas estafas, un suizo lo denunció a las autoridades después descubrirlo termina desafiándole a un duelo y Lacenaire lo mata.

Tras volver a Francia se enrola en el ejercito y vuelve a deserta, se establece en Paris, sin dinero, roba un coche de caballos y mata a un hombre, entra en prisión por primera vez, al salir de la cárcel y después de tratar en vano de establecerse por su cuenta a principios de 1833, se convirtió en un escritor itinerante. Ese mismo año, participó en un chantaje y luego, con cómplice en el intentó, robar a un jugador, a la salida de una casa de juegos. Detenido nuevamente tras un robo en un restaurante, fue condenado a trece meses de prisión allí se hizo amigo de Vigouroux, editor de Bon Sens donde publico unos versos revelando sus talentos poéticos. De regresó a París, donde intentó en vano vivir dentro de la Justicia, antes de volver a los robos y estafas hasta que comete su peor crimen el asesinato de una madre y su hija matando a la hija a hachazos y a la madre ahogándola. No fue detenido al principio por el crimen, pero si por otros delitos, finalmente confesó el doble asesinato. El juicio se convirtió en un teatro y publicado en los periódicos como “Un asesino romántico” muchas mujeres asisten al juicio, confiesa todo con cinismo y despreocupación, fue condenado a muerte.

Después de su condena, escribe estas memorias y varios poemas que ayudarán a nacer el mito del asesino y ladrón. El 8 de enero de 1836 fue ejecutado, cuando estaba subiendo al cadalso, Lacenaire declaró: “Llego a la muerte por mal camino, subiendo una escalera”.  Una leyenda cuenta que la guillotina se atascó. Lacenaire giró la cabeza y se enfrentó a la hoja que finalmente calló con la ayuda del verdugo. La levita azul que usó en el momento de la decapitación será posteriormente comprada por un coleccionista.
Marco de forma duradera en la sociedad francesa y en varios escritores, como Balzac lo evoca en su novela “La musa del departamento”, Su mano, cortada después de la muerte, fue el tema de un poema de Théophile Gautier. Dostoyevsky leyó sobre el caso de Lacenaire y el asesinato de “Crimen y Castigo“ es una copia casi perfecta del de Lacenaire. En otra de sus novelas, “El Idiota”, un personaje menciona a Lacenaire cuando habla sobre un fallido intento de suicidio. El poeta Charles Baudelaire lo llamó  "uno de los héroes de la vida moderna". Es representado en la película francesa “Hijos del Paraíso” (Les Enfants du Paradis , 1945), donde se destaca su postura de solitaria y rebelde. En la película, Lacenaire se refiere a sí mismo como un audaz criminal y un rebelde social, pero sus actividades criminales en realidad se mantienen fuera de la narrativa de la película. El filósofo Michel Foucault creía que la notoriedad de Lacenaire entre los parisinos marcó el nacimiento de un nuevo tipo de criminal romántico (en oposición al viejo héroe popular), y la figura del detective, generando  el germen del género de detectives en la literatura.

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