Es una película dramática rumana de 1976, dirigida co
escrita y protagonizada por Sergiu Nicolaescu la historia está inspirada en la
novela Velerim y Veler Doamne de 1933 del escritor rumano Victor Ion Popa. Los
papeles principales fueron interpretados por Amza Pellea, Ernest Maftei ,
Gheorghe Dinică , Ioana Pavelescu. La música de la película fue compuesta por
Tiberiu Olah (catalogada por el director como "absolutamente magnífica").
La película fue la propuesta de Rumania para el Oscar a la mejor película
extranjera en 1977 pero finalmente no fue nominada.
Rumanía, 1919. Tras ser condenado a 10 años de cárcel
después del levantamiento de 1907 y después de dos años en el frente, Manlache
Preda regresa a su pueblo natal. Cuando llega, se encuentra con que su esposa
le ha abandonado y ha vendido sus tierras, Para recuperalas Manlache
trabajará para el actual propietario, el terrateniente León. Pero cuando el
dueño es asesinado por dos campesinos, la culpa recae sobre el ex-convicto, y
comienzan a aparecer de nuevo las desgracias para él.
El guion fue escrito por el ingeniero de sonido Anusavan
Salamanian, Titus Popovici (fue un escritor y guionista rumano, miembro
corresponsal de la Academia Rumana) y el director de la película, Nicolaescu
afirmó que trabajó intensamente en la escritura de guiones y algunos aspectos
de la novela fueron modificados : cambiaron algunos personajes, incluyendo el
personaje principal Manlache Plesa (que cambió su nombre a Manlache Preda) y
Rusanda (ella aparecía en una novela dentro de la novela ganando así la película una mayor trama) así como algunas escenas
nuevas que no aparecían en la historia original y también cambiaron el
significado de los hechos, enfatizando los aspectos sociales descritos en la
novela.
Según sus propias declaracionesdel director él quiso
comenzar el rodaje en la primavera de 1975 pero las autoridades comunistas
bloquearon la película con el argumento de que su tema no era de actualidad. El
director fue asesorado para realizar una "película de actualidad" que
trata los problemas de la vida con un realismo socialista, con el fin de
sensibilizar a los censores para que aprobaran Osanda y realizó la película “Días
calurosos” (Zile fierbinți 1975). La esencia de la película es el conflicto
entre los trabajadores y los ingenieros que están directamente relacionados con
la realidad industrial y después de su estreno obtuvo el visto bueno para rorar
Osanda.
Tras terminar el rodaje fue presentada en la dirección del
Consejo de Cultura y Educación Socialista (CCES), y estos se enfadaron porque
según ellos había demasiadas referencias a Dios y pidieron un corte drástico de
las escenas iniciales y finales de la película. Los cambios solicitados se
realizaron hasta el 22 de mayo, cuando solo quedaba agregar la música a la
película. En verano fue presentada al dictador Nicolae Ceausescu (presidente de
Rumania y presidente del Consejo de Estado de Rumania. Gobernó la República
Socialista de Rumania desde 1967 hasta su ejecución en 1989) y le gustó. La Junta de CCES aceptó los cambios
realizados y la película fue aprobada por la Dirección General de Prensa e
Impresión (DGPT) el 10 de julio de 1976. Después su estreno, Sorin V. Popa,
hijo del escritor Victor Ion Popa y titular de los derechos de la novela
demando la película, el director afirmó que el hijo del escritor reprochó que
no se respetó la acción de la novela y realizó algunos cambios. El proceso duró
hasta 1978, hasta que llegaron a un acuerdo. Sorin V. Popa recibiría el 45% de las
ganancias, mientras que Sergiu Nicolaescu recibió solo el 10%.
El escenógrafo Constantin Simionescu coloco elementos
decorativos de gran inventiva. A través
de las configuraciones, el escenógrafo intentó hacer un análisis conmovedor de
los personajes: los muebles solemnes dentro de la mansión del boyardo
transmiten "realidades frías del alma" , la esposa que olvidó a su
marido y dispersó la fortuna tiene todo expuesto mostrando abiertamente que
todo está en venta, la colina de Ruxandra tiene un interior íntimo, la escalera
contiene solo elementos que expresan los elementos esenciales de la vida. Otros elementos decorativos transformados en
un leitmotiv están presentes varias veces en la película: en el alambre de púas
en las escenas de guerra, en la barrera de Manlache al comienzo de la película,
en los brazos del molino o en la cruz llevada por el protagonista, simbolizan
el aplastamiento del hombre en la lucha con el destino. Las velas encendidas en la iglesia que se
apagan repentinamente cuando Manlache entra con Ruxandra en sus brazos es una
respuesta a la profanación de lo sagrado: la recepción de la mujer por parte de
la deidad solo como un sacrificio.
La Asociación de Cineastas de Rumania (ACIN) otorgó en 1976
a esta película el Gran Premio de Largometraje (ex-aequo con Las cenizas del
Imperio de Andrei Blaier ). Además, el
actor Amza Pellea recibió el Premio de Interpretación Masculina. Margareta
Anescu fue galardonada con el Premio Montage - por esta película y el actor
Ernest Maftei recibió un Diploma Honorario por la interpretación del papel
secundario. La película ganó premios por su dirección y edición en el Festival
de Cine de Cracovia en 1976. La película
fue proyectada en el Festival Internacional de Cine de Moscú (1977), nominado
para el Premio de Oro, y Amza Pellea fue galardonada con el Premio de
Interpretación Masculina. Según el director, la película debía haber obtenido
el Premio de Oro, el ministro de cultura de la URSS, lo llamo y le pidieron ir
a Moscú, para recibir el premio él se negó porque estaba ocupado filmando una
nueva producción y los rusos decidieron dárselo a otra película cuyo director
ya estaba en la URSS.
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