Un Ángel en mi Mesa (An Angel at My Table)

Es una película dramática de 1990 dirigida por Jane Campion . Es la dramatización de las autobiografías de la autora neozelandesa Janet Frame , To the Is-Land (1982), An Angel at My Table (1984) y The Envoy from Mirror City (1984), adaptados por la guionista Laura Jones. El papel principal esta intrepretado por tres actrices que recrean a Frame en diferentes etapas de su vida: Karen Fergusson (niña), Alexia Keogh (adolescente) y Kerry Fox (adulta). Inicialmente rodada para ser una miniserie de televisión en tres partes, pero en lo pases de prensa atrajo críticas tan positivas que finalmente se estrenó en cines.

Janet Frame y las tres actrices que le dieron vida

En los años 20 y 30 de Nueva Zelanda, Janet Frame era una niña brillante nacida en una familia pobre y muy numerosa, desde muy pequeña se sintió diferente a los demás niños. Aunque estudió para maestra, fue considerada una persona anormal, fue diagnosticada erróneamente con esquizofrenia y fue encerrada en una institución para enfermos mentales durante ocho años. “En la rueda de la vida nada tiene un sentido demasiado claro y las cosas más claras son muchas veces un misterio para nosotros mismos. Nuestro entorno y nuestras circunstancias pueden tanto alzarnos como sumergirnos y todas las voces que tratan de dar un sentido y un significado a lo que sucede quizá no sean a la postre más que interesados intérpretes o inconscientes rebaños que no dejan sentir la presencia de ese misterio. Y la vida sigue su sabio o caótico curso al margen de todos ellos. Mientras tanto yo me sentaré en mi mesa, en silencio, sola, o quizá no, y escribiré sumergiéndome en esa rueda de caos y de sentido al tiempo que giro en ella”.

Aunque, por supuesto, los detalles biográficos son de Frame, Campion también habló sobre este proyecto como una forma de reconectarse con su experiencia personal: Campion ha descrito la impresión duradera que le causaron las novelas de Frame, que leyó cuando tenía unos trece años ". Cuando las leí pensé que Frame nos había dado a mi generación una voz: poética, poderosa y predestinada ". Se conmovió por su tristeza y por incidentes particularmente traumáticos. Quince años después, cuando Campion asistía a la escuela de cine, leyó el primer volumen de la autobiografía de Frame “La autobiografía de Frame despertó mis propios recuerdos de mi infancia; su libro realmente me pareció un ensayo sobre la infancia en Nueva Zelanda”. Habiendo escuchado rumores de que Frame estaba encerrada en un manicomio, se sorprendió de lo mucho que se parecía la infancia de Frame y de lo perfectamente normal que parecía ser la escritora. En ese momento, Campion solo había hecho uno o dos cortometrajes, pero supo de inmediato que quería hacer una película basada en la autobiografía, y que el lugar adecuado para el material era la televisión. El tipo de experiencia televisiva que Campion debía haber tenido en mente es la íntima de ver una película solo, lo que puede producir una sensación similar a perderse en un libro. 

Campion ha hablado de lo exigente que fue con el departamento de arte para encontrar las ubicaciones necesarias y la importancia de luz ya que  diferentes las partes de la historia tenían su propia calidez y el color formara parte del  el estado de ánimo de la protagonista de modo que las escenas en que es feliz tiene uno tonos cálidos y potentes y las escenas tristes o deprimentes como cuando está  en el hospital, el punto más bajo de su vida, jugaron directamente con colores fríos.

Esta fue la primera película de Nueva Zelanda que se proyectó en el Festival de Cine de Venecia, donde recibió una atronadora ovacion y recibió el Gran Premio Especial del Jurado y el León de Plata, Mejor actriz, a pesar de provocar gritos de protesta por no ganar El León de Oro. Además de barrer virtualmente los premios locales de cine de Nueva Zelanda, también se llevó a casa el premio a la mejor película extranjera en los Independent Spirit Awards y el International Critics 'Award en el Festival Internacional de Cine de Toronto. La película no solo estableció a Jane Campion como una directora emergente y lanzó la carrera de Kerry Fox, sino que también introdujo una audiencia más amplia los escritos de Janet Frame.